Es imposible evitar el sol. Además, no se debe. El sol nos provee de vitamina D y sin su calor no existiría vida en la Tierra. Pero, conviene protegerse de sus rayos, y más cuando la contaminación debilita la capa de ozono, la cual protege nuestra piel naturalmente. Por ello, se deben tomar precauciones al exponerse a los rayos de sol.
- Elija un buen protector. Su cuerpo lo necesita y lo merece. Si su piel ha sido tratada o expuesta a algún tipo de radiación conviene que use un factor de protección solar superior a 70 SFP. Si su piel es sensible y usualmente se enrojece con el sol, debe utilizar protección de 40 a 50 SFP. Trate de no usar protectores solares inferiores a una protección de 30 SFP. Los niños deben ser altamente protegidos con productos especiales para ellos.
- Entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m., el sol tiene una incidencia mayor, por lo que conviene buscar espacios con sombra y pasar al menos 15 minutos por cada hora. Su piel descansará de la exposición a los rayos del sol.
- Cada vez que salga del agua o cada hora, debe aplicar protector solar para que su acción continúe.
- Proteja sus ojos con unos lentes con factor de 100% UV. Esta zona del cuerpo también sufre sensibilidad por los rayos del sol.
- Hidratarse es fundamental. Tomar agua y jugos de frutas en un día de playa ayudará a prevenir la insolación y la deshidratación de la piel, lo que a largo plazo causa arrugas y daños como manchas y pecas.
- Si toma algún medicamento (entre ellos, anticonceptivos) pregunte a su médico si alguno puede causarle sensibilidad a los rayos del sol.