
Los hábitos del perdedor
"La mayoría de las veces somos nosotros mismos quienes forjamos nuestra buena o mala suerte, al caer en la trampa de las actitudes y las conductas negativas"

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¿Por qué será que tantas personas inteligentes y trabajadoras no logran conseguir el éxito? ¿Por qué vemos gente emprendedora y activa, sin dinero, con su familia abandonada, y viviendo en un estrés permanente? ¿Por qué algunos disfrutan de comodidad, abundancia y prosperidad, mientras otros viven agobiados por deudas, situaciones de crisis y una incertidumbre continua? ¿Dependerá de la suerte, el talento o la actitud?..
Yo pienso que la mayoría de las veces somos nosotros mismos quienes forjamos nuestra buena o mala suerte, al caer en la trampa de las actitudes y las conductas negativas que nos llevan a la derrota.
Muchos estudiantes brillantes e inteligentes, que no necesitaban ni repasar en los exámenes, ahora son trabajadores informales; los que mejor salían en matemáticas viven ocupados en tareas insignificantes ignorando sus verdaderas capacidades.
Un viejo maestro me enseñó hace muchos años que, para ser económicamente independientes, teníamos dos posibilidades: contar con el capital financiero o con el capital humano. El capital financiero usualmente se hereda, y eso es algo que escapa de nuestro control. Pero el capital humano consiste en encontrar nuestra misión de vida, esa actividad que nos llene de satisfacción, que nos emocione, que nos apasione y, luego, preparar una estrategia, teniendo en cuenta que debemos prepararnos y capacitarnos para comenzar a trabajar con entusiasmo y mucho vigor, combinando toda nuestra voluntad, inteligencia y tenacidad, para tener la posibilidad de salir adelante y alcanzar nuestras metas. Los fracasados pueden pasarse la vida entera ignorando esta verdad.
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