Los embarazos gemelares han aumentado en los últimos años, entre otras razones porque hoy día aplazamos más la maternidad y una mujer de 35 años tiene tres veces más probabilidades de quedarse embarazada de gemelos que otra menor de 20. Y también porque cada vez más parejas necesitan recurrir a tratamientos de fertilidad, que incrementan el número de partos múltiples.
Aún así, la noticia de que espera dos bebés causa una revolución en cualquier futura mamá. Casi todas viven un período de sentimientos ambivalentes, en el que la alegría se mezcla con el miedo, la ilusión con la incertidumbre ("¿seré capaz de criar y educar a dos?")... A ello se añaden los síntomas físicos del embarazo, que en este caso aparecen antes y con mayor intensidad. Si te ocurre, informarte y hablar con otras madres en tu misma situación te ayudará a afrontarlo con ilusión y optimismo. ¡Vivirás la emocionante aventura de ver crecer a dos niños que pasarán todas las etapas de su vida juntos!
¿SERÁ UNA GESTACIÓN ESPECIAL?
Sí, será especial, pero no necesariamente problemática. El cuerpo femenino está capacitado para gestar a dos bebés a la vez, algo que ha existido desde los tiempos más remotos. Las características más significativas son:
Tendrás más control médico. Algunos ginecólogos aconsejan ir a consulta cada tres semanas y prescriben un análisis de orina cada 15 días. A partir de la semana 29 los controles son quincenales y en las últimas, semanales. Es posible que cada mes te hagan una eco y desde la semana 30, un cardiotocograma cada dos semanas. Con ello se controla el estado de salud de los bebés.
Tu aumento de peso será mayor, entre 12 y 17 kilos (también depende de tu peso al empezar). Hasta la semana 24, un aumento de siete a ocho kilos es normal; después, un incremento de medio kilo por semana es lo adecuado. Los gemelos pesan unos 600 gramos menos al nacer que un bebé que viene solo. Su peso será de unos dos kilos y medio. Los idénticos suelen pesar algo menos que los mellizos.
Tu alimentación debe ser la misma que la de cualquier gestante, pero necesitas en los primeros meses 2.800 calorías diarias (500 más que en un embarazo sencillo) y 3.300 en los últimos. Debes tomar mucha fruta, verduras, carne, pescado (sobre todo azul), legumbres, huevos y lácteos. En tu caso aún es más importante -si cabe- no fumar ni tomar alcohol, ya que los gemelos de por sí pesan menos al nacer. Debido al aumento de demanda de hierro -mayor en tu caso-, es probable que sufras anemia; el ginecólogo te prescribirá suplementos de hierro para prevenirla.
Este embarazo no te impide estar activa. En los primeros dos trimestres es bueno pasear, hacer bici estática y nadar. A medida que avanza la gestación debes tener más cuidado, pero puedes seguir nadando casi hasta el final; en el agua te sentirás aliviada. En los últimos meses el reposo relativo es recomendable, así como dos o tres siestas diarias. Túmbate del lado izquierdo; tiene menos vasos sanguíneos que el derecho y favorece el riego fetal.
La gestación gemelar dura unas 37 semanas, tres menos que en el caso de un solo bebé. Como el útero está mucho más distendido, recibe antes la señal de dilatarse; y la placenta (o las placentas) también se agota antes.
La baja por maternidad dura 18 semanas en vez de las 16 habituales. En tu caso es importante disfrutar de ella antes del parto o pedir la baja por enfermedad. El descanso y la vida tranquila ayudan a que los bebés crezcan.
DOBLE ATENCIÓN ANTE LOS RIESGOS
El embarazo gemelar exige más de la mujer que el único. Es bueno tenerlo presente, ya que así puedes tomar ciertas precauciones, como cuidarte y descansar lo suficiente. Estos son los riesgos especiales:
Tensión alta. En un embarazo gemelar la presión sanguínea suele elevarse más que en el de un solo bebé, debido al mayor esfuerzo que supone esta gestación para el organismo materno. Pero es normal y saludable que vaya subiendo a lo largo del embarazo, para que la placenta pueda seguir nutriendo a los niños. Descansar mucho, hacer ejercicio moderado a diario, evitar esfuerzos y trabajos intensos y cuidar la sal en las comidas son claves esenciales.
Retención de líquidos. En los primeros embarazos y en los múltiples suele ser mayor, porque el cuerpo tiene más cantidad de sangre circulando y porque se tiende a ganar más peso. Notarás cómo se te hinchan los pies y te aprietan los anillos. En sí no conlleva riesgo, pero si va acompañada de tensión alta y albúmina en la orina, puede aparecer la pre-clampsia, una enfermedad peligrosa. Da dolores de cabeza, náuseas y visión borrosa y tendrías que ir a Emergencia.
Crecimiento intrauterino retardado. Uno de los bebés no crece bien. Se debe principalmente a que su placenta no le nutre lo suficiente. Mediante la ecografía se controla el crecimiento de ambos bebés. Y a veces se prescribe reposo e ingerir más proteínas (pescado, carne y huevos).
Síndrome de transfusión feto-fetal. Se puede dar sólo si los bebés comparten placenta. El problema consiste en que un bebé bombea sangre al otro y uno crece mucho y el otro poco, lo que pone a los dos en peligro. Es posible tratarlo si se diagnostica a tiempo. Un repentino aumento de peso y un vientre tirante desde la semana 16 pueden indicarlo.
Parto prematuro. A partir de la semana 18 es posible que sientas contracciones. Sirven para entrenar el útero y no duelen, pero si son frecuentes, pueden llegar a desencadenar el parto. El reposo es fundamental para evitarlo.
¡YA LLEGAN, YA LLEGAN!
El parto puede ser por vía vaginal, pero hay una mayor probabilidad de que se haga cesárea. Depende, sobre todo, de las posiciones de los bebés. Cuando los dos están en posición correcta para nacer (cabeza abajo), puede ser vaginal. Esto ocurre en 41% de los casos. Si uno de los bebés se encuentra en esta posición y más encajado que el otro, que está de nalgas, también podría ser un parto vaginal (21%). Pero si los dos están en posición de nalgas o atravesados (22%), se recurre a la cesárea.
El parto vaginal suele durar más. Debido a la distensión del útero, las contracciones son menos eficaces y la dilatación dura más, si bien sólo pasas una vez por ella. La expulsión debes pasarla dos veces, pero los bebés suelen ser más pequeños que el que viene solo, lo cual facilita la salida. El segundo bebé suele nacer entre tres y 45 minutos después del primero. Las placentas vienen después. En la cesárea suele aplicarse la epidural para que la mamá viva consciente el nacimiento de sus hijos. Será uno de los momentos más emocionantes de tu vida. Y al fin te harás a la idea de que ¡eres madre de dos hijos!