Cuidado con los ronquidos

"La apnea del sueño es una enfermedad donde hay episodios de asfixia y micro despertares", señala el doctor Gustavo Medrano, Neumonologo de Servicios Respiratorios K26, quien explica que durante el evento apneico la persona es incapaz de inspirar el oxígeno y exhalar el dióxido de carbono, y como consecuencia en su sangre hay concentraciones bajas de oxígeno y altas de dióxido de carbono. Esta situación le avisa al cerebro que debe reanudar la respiración, con lo que la persona se despierta. Cada vez que el individuo despierta, se manda una señal desde el cerebro a los músculos de las vías respiratorias altas para que abran la vía aérea; la respiración se reanuda, a menudo con un sonoro ronquido o un jadeo.

El despertar frecuentemente, aunque es necesario para que se reinicie la respiración, impide que la persona tenga un sueño profundo y reparador. Como consecuencia la persona se levanta cansada y tiene un bajo rendimiento intelectual. "El 75% de las personas que sufren de esta enfermedad tienen accidentes de tránsito y el 13% tiene accidentes graves. Hay que recordar que dormir bien es vivir bien y que al no hacerlo la persona pierde reflejos y tiene disminución en el rendimiento laboral, lo que puede ocasionar accidentes en el sitio de trabajo con graves consecuencias", asegura Medrano.

La apnea del sueño no sólo causa que el individuo no tenga un sueño reparador, esta enfermedad suele ocasionar problemas como: hipertensión arterial, enfermedades coronarias, accidentes cerebro vasculares, daños cardiovasculares, entre otros. El 45% de las personas que tienen apnea padece alguno de estos problemas, indica el especialista.

Para conocer si se padece la enfermedad y en que nivel se encuentra la persona, existe el laboratorio del sueño, donde se registra todo lo inherente al sueño y se lograr definir el nivel del sueño y el comportamiento biológico. Cuando la persona ingresa a este laboratorio se le realiza un estudio donde se le realizarán registros electroencefalográficos, respiratorios, y neumológicos. El paciente duerme en el laboratorio durante ocho horas conectado a un polisomnógrafo que registrará mediante una serie de sensores una de factores tales como su ritmo cardíaco, respiratorio, movimientos oculares y físicos, respuesta cerebral, entre otros síntomas .

 "Las primeras 4 horas son cruciales y permiten conocer cómo es el sueño del paciente. Muchas veces se descubre que no padece de apnea, pero si de otro trastorno del sueño. Los resultados que da el laboratorio son muy completos y permiten observar integralmente la situación de la persona", aclara Medrano.

Una vez obtenidos los resultados del laboratorio del sueño se indica el tratamiento según el nivel de la enfermedad. "La apnea del sueño no tiene cura, lo que existe es un equipo llamado CPAP (Continuous Positive Airway Pressure) que suministra aire a una determinada presión a las vías respiratorias a través de una mascarilla o de un dispositivo nasal. Esencialmente su funcionamiento consiste en un equipo compresor que insufla aire en las vías respiratorias para evitar su obstrucción. Este aparato es recomendado para aquellas personas que tienen un nivel moderado o grave. Su uso debe ser obligatorio durante todas las noches. La mayoría de los pacientes que usan este equipo encuentran cambios significativos en sus vidas.