Los nuevos aires de Zeta-Jones

Hoy 25 de septiembre la actriz de origen galés apaga 42 velitas de cumpleaños y la celebración le llega con cierta calma profesional y personal.

Tras sobrevivir a la vorágine que vivió hasta hace pocos meses a causa del cáncer de garganta de su esposo —-el también actor Michael Douglas, por cierto hoy cumpliendo 67— y la lucha en simultáneo que ella tuvo que hacer contra el trastorno bipolar que hizo público en abril, la vida parece estarle demostrando que lo bueno, pero también lo malo, siempre pasa.

Por estos días no es mucho lo que se la ve en portadas de revistas —salvo una que otra foto robada por un paparazzo en alguna escena cotidiana con sus dos hijos o su esposo— y no hay en televisión o en cine ninguna propuesta mediática con su nombre en las marquesinas, lo que algunos podrían catalogar, de entrada, como un declive artístico, más aún si en la industria del entretenimiento hollywoodense no aparecer es como no existir.

Sin embargo, la protagonista de Chicago está lejos de cruzar los brazos. Aunque su última película (The Rebound), estrenada a finales de 2009, no fue muy bien recibida por la crítica, Catherine encontró en Broadway un lugar provechoso para seguir explotando las habilidades histriónicas que le han valido premios como el Oscar o el Bafta. En 2010 protagonizó un renombrado musical (A Little Night Music) y se llevó el Tony (Oscar del teatro estadounidense) como Mejor Actriz. "Tuve mi gran comienzo bailando en la Calle 42 en Londres -dijo ella. Allí fue donde comencé y me gustaría volver allá de nuevo".

Considerada una de las mujeres más sensuales del entretenimiento, la revista masculina Askmen.com la mantiene en un honorable puesto 88 en su lista de las 99 damas más hot del momento, en 2012 sus fanáticos podrán verla nuevamente en pantalla porque se estrenarán tres películas con ella en rol estelar, en las que comparte cartel con taquilleros como Tom Cruise, Bruce Willis o Gerard Butler.

Mientras tanto, Catherine sigue recuperando la normalidad de su vida personal. Hace poco salió de una clínica de reposo en la que estuvo recluida tratándose su trastorno psicológico, algo que parece estar dándole nuevos bríos. "No hay por qué sufrir en silencio y no hay que sentir vergüenza de buscar ayuda", dijo ella a la revista People. Al parecer, de la señora Douglas hay para rato... Afortunadamente.